martes, mayo 1


En mi vida he aprendido a ser fuerte, a no quebrantarme en lo absoluto ante nada, a no confiar en nadie, pues también se que tarde o temprano las personas lastiman. Mi vida ha sido simple un día tras otro y otro así pasan los meses, con una rutina cotidiana, responsabilidades y necesidades… al igual que todos, siempre un humano más. Debo decir que no me quejo de lo que tengo, pues hasta ahora lo material no me hace falta nada, pero dentro de mí hay un vacío, que tal vez este sentimiento sea su causa. Siempre andamos por la vida con tantas cosas en la cabeza, prisas, tonterías, escuela, trabajos, citas… Estoy tan cansada de ver como los demás hacen de su vida lo que quieren, y yo… yo sigo igual, sigo esperando… y aun no sé, qué es lo que espero; espero que esta espera no sea tardía, pues mis ojos se han cansado de llorar, y mis pies de andar; siento que mi corazón late cada vez menos, que mis manos soportan ya menos peso, siento morir, siento dormir, siento cerca un fin. Nos han dicho que el futuro de cada persona está en sus manos, pero la verdad hay tantas causas y factores que lo alteran, que se modifica, quedando en algo tan distinto al que pensaste alguna vez; el destino se encarga de tramarte tantas trampas, de formarte tantos senderos, de cultivar tantas enredaderas, de sembrar infinidad de dudas en ti después así… terminan por perderte tarde o temprano. Te manejan a un nivel increíble, te hacen sentir una linda marioneta a la cual manipulan cuan dulce desdicha y tu voluntad termina corrompida junto con tu dignidad por el piso. No habrá una persona sobre la tierra que no haya sentido dolor alguna vez, que no conozca la tristeza, dichoso el que aun no la conoce, porque aun tiene su vida entre sus manos. Quisiera escapar, quisiera perderme un día lejos de aquí, donde nadie me conozca, empezar de cero cual hoja rota por una equivocación, pues no tengo el valor de borrar y continuar, sufro por cada letra escrita y me pesa cada coma, cada punto, cada frase. Puedo ver el sentir de los demás al mirar sus ojos, al ver ese profundo abismo de soledad y desesperación pidiendo clemencia y piedad, pues saben que esa cruel realidad no se las dará. Estoy tan dolida con la vida, porque siempre en las noches me hago las mismas preguntas y no encuentro las respuestas, ¿Por qué yo?, ¿Por qué a mí?, ¿Qué me será de mi?, es tan complicado tratar de responder cuando no sabes ni siquiera como es que llegaste a esas preguntas. Sé que hay más personas pensando esto al igual que yo en este mismo instante, pero cada una razona diferente, cada una es un misterio el cual es interesante descubrir, adentrarse en cada una es una aventura, un deseo de sublime transparencia por la cual no traspasara ninguna luz mientras no se quiera. Quiero aprender a como sobrellevar mi vida, mis problemas, mi distancia, mi desconfianza, mi dolor, mi tristeza, mis deseos, mis sueños, mis anhelos, mis esperanzas… pues aunque sé que esto se va aprendiendo con la vida, que la vida misma es un aprendizaje, tengo tanto miedo a intentar aprender, pues no sé si lo correcto es lo correcto, porque no sé si esto es una esperanza o un sueño mal construido. Ya no quiero sentir este estúpido sentimiento de soledad, el temor a voltear hacia atrás y ya no ver a nadie, a jamás volver a hablar con alguien por costumbre, a perderme en mi misma y así ya no ver más allá de las estrellas. Necesito que alguien me aliente a seguir, a dar un paso más, a ya no dudar de nada jamás, que me enseñe para volver a aprender a ser fuerte, que me recuerde que los débiles no sobreviven, que me recuerde que me sentía inquebrantable, que me una razón, una simple excusa del porque aun estoy aquí, que me diga que me necesitan, que aun existo, que aun se vivir…